Fotos, arte, poesía y diarios

sábado, 18 de mayo de 2013

Encontré un hada en mi mochila



"En la mochila llevamos la vida", palabras más, palabras menos, expresó el dramaturgo Edgar Chías; mientras esperábamos a que llegaran los demás compañeros para iniciar el taller. Esa frase entre comillas es la realidad para todos los que asistíamos a la clase de dramaturgia de Chías. En la mochila va todo: el libro, cuaderno, agenda, celular, comida, agua, pasta y cepillo de dientes y también, en algunos casos, parafraseando a Sandro Cohen, la "computadora de regazo"; es decir, la lap top, tableta, notebook o lo que sea.

Hoy me encontraba sacando todo lo que había en mi mochila desde mi última excursión por la ciudad. Y oh, sorpresa: me encontré con una pequeña hada de tela brillante. ¿Cómo llegó ahí? No tengo la menor idea. ¿Desde cuándo me acompañaba? Nunca lo sabré; pero qué magnífico hallazgo. No todos los días te encuentras con un hada en tu mochila.

Entonces me puse a reflexionar en mi mochila. La compré en 2005 para guardar mi material de apoyo cuando puse en práctica, por primera vez, mi programa para acercar a los niños a la poesía por medio de juegos. Eso fue en una asociación civil que despúes se convertiría en "Florecer Casa Hogar". Ahí viven niños de muy bajos recursos de lunes a viernes y de no estar ahí, estarían en la calle. 

Volvamos a mi mochila, me ha acompañado en cuanta aventura he emprendido. Ha ido a todas mis funciones, ensayos, paseos. Esta es mi mochila:

Por cierto, cuando leí El hombre y sus símbolos de Jung. Se me ocurrió que era muy buena idea trabajar con símbolos. Concluí que a algunos objetos podría darle la calidad de símbolos y estos me recordarían, a un nivel muy profundo, adónde había decidido dirigirme. Significaba hablarle al inconsciente en su propio lenguaje. Por ejemplo, tuve por mucho tiempo un florero con ramas de durazno en flor. Para mí era un símbolo de belleza.

Tiempo después, investigando en www.noblenet.org, me encontré un artículo de unos psicólogos junguianos y me di cuenta que mi idea no era nada original. Y obvio, esos estudiosos habían ido mucho más lejos que yo.

Otro que retoma el concepto de los arquetipos de Jung es Deepak Chopra. Él propone rodearte de objetos que te recuerden quién eres. Mis arquetipos son un lobito tallado en madera por tarahuamaras; un pequeño cubo de cristal que adentro tiene un pegaso medio transparente y blanco, y un búho de cerámica que me regaló mi tía Delia. Mi lobito, para mí, es símbolo de libertad, de mi "mujer salvaje", en términos de Clarissa Pinkola. El pegaso refleja toda la fantasía y magia que promuevo haya en mi vida y en la de otros. El búho, ya saben, es un símbolo de sabiduría. Y aquí están a todo color, se los presento:
 


Todo lo que salió de un lindo regalo de la vida: un hada... Y todo lo que saldrá, jajaja. La puse en un portarretratos que me regaló Romina Mora, una ex-alumna. Ahí estoy, hace más de veinte años, justo la última vez que fui a un circo. Nunca más iré a un circo donde haya animales.


2 comentarios:

  1. ¡Que hermoso hallazgo Pilar! Así te recuerdo, como en ésta fotografía.

    Es una posesión, porque el olvido es una de las formas de la memoria,
    su vago sótano, la otra cara secreta de la moneda

    JORGE LUIS BORGES.

    Abrazos. Elizabeth Dakini.

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  2. Gracias por tus palabras y qué hermosa cita. Elizabeth, me dará mucho gusto poder asistir a alguna de tus exposiciones de fotografía. Ah, ahorita se me está ocurriendo algo para ver si podemos hacer un proyecto muy sencillo juntas. Te lo comento por facebook.

    Abrazos cariñosos también para ti

    Pilar Doporto

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