Fotos, arte, poesía y diarios

miércoles, 10 de junio de 2015

En hojas de cerezo. Haikus de Cuca Serratos

Vengo de casa de Cuca Serratos, me regaló un limón que cortó de su jardín y muchos haikus y adivinanzas. Pasé una tarde estupenda. Cuca dice que cuando sea grande será adivinancera. Yo le creo, recorrerá calles, bibliotecas, teatros, diciendo cosas como..."Soy del mar y canto el mar / si me pones en tu oreja" (1)
Ahora tengo en mis manos su libro "En hojas de cerezo. Haikus" (2)


Cuca escribe en el prólogo: "Para conseguir un haiku hay que sentir una genuina emoción al contemplar algo que sucede en la naturaleza". El haikú es una síntesis poética de tres versos: el primero y el tercero son de 5 sílabas y el segundo de 7. Cuca Serratos logra muy buenos haikus, cómo este:

"Estrellas blancas
brillan sobre lo verde,
flor de limón"

En la sencillez de sus creaciones encuentro lo poético que me parece muy valioso.

El siguiente haiku me gustó para jugar con los pequeños del jardín de niños:

"Cruza el avión
las nubes de algodón
a pleno sol."

Las ilustraciones  de Paulina Barraza van muy bien con ese toque poético, sencillo y mágico que recorre este libro



(1) Adivinanza de Cuca Serratos del "Adivinancero  dos" de Valentín Rincón, Cuca Serratos y Gilda Rincón, Nostra Ediciones, México, 2013.

(2) "En hojas de Cerezo. Haikus" Cuca Serratos, Nostra Ediciones, México, 2015.

sábado, 28 de marzo de 2015

La risa de los cocodrilos de María Baranda




Mi primer encuentro con la poesía de María Baranda fue en el 2003, cuando Jim me regaló un libro de esta escritora llamado Dylan y las ballenas, que fue el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes de ese año. La dedicatoria dice: "Para Pilar, la bailarina divina". Me había visto hacer una pequeña presentación de danza contemporánea en el primer aniversario luctuoso de mi amiga Mariana Pría Olavarrieta. Cuando yo vi a Jim, intuí que era un escritor y el sábado siguiente fui con él a Coyoacán. Platicamos de la poetisa cubana Dulce María Loynaz, él la había entrevistado en la última década del siglo XX. Me platicó anécdotas de cuando Federico García Lorca, en 1930, asistía cada tarde a las teturlias literarias de los Loynaz, en La Habana.

Más tarde, me enamoré de la poesía para niños de María Baranda. Fue con su libro Digo de noche un gato de la editorial El Naranjo publicado en México en 2006. Al año siguiente, ella realizó una original antología llamada Hago de voz un cuerpo editada por Fondo de Cultura Económica (FCE, México). En esta pueden disfrutar de poemas de David Huerta, Fabio Morabito, Eduardo Langagne y la misma María Baranda.

María Baranda escribe para adultos y también para niños. En esta última categoría ha ganado premios como el Barco de Vapor (México), menciones de honor en el White Ravens y el Ragazzi Award en Italia y es parte de la lista de honor del International Book on Board for Young People. 

Investigando sobre María Baranda, me encontré su artículo:
"Cuando era niña pensaba que no había libros escritos para mí", que es una brillante reflexión sobre la literatura para niños y la pueden disfrutar en el siguiente link:
http://www.letraslibres.com/autores/maria-baranda

María Baranda es una poetisa de primer orden y a veces escribe prosa. Su libro Marte y las princesas voladores no me causó honda impresión, pero La risa de los cocodrilos me parece una joya. Imagínense una historia que empieza así:

"Ombia Yosuna Liana escribía cartas. Desde hacía muchos años trabajaba en una revista (...) y nadie mejor que ella para para contestar: cómo se hace una ensalada de cangrejos bajo la luz de la luna; qué canciones son las favoritas de las ratas y los tlacuaches; (...) qué traje ponerse si se recibe un premio por haber hecho el mejor pastel de piña (...)"

Un comienzo así, promete mucho. Aquí hay imaginación, poesía y un personaje que nos dan ganas de conocer.

Esta protagonista, a quien le llamaban Ombi, tenía una vida entretenida con su trabajo, sus idas al parque y sus salidas al cine con el Sr. Conac, a quien en veinte años nunca le había dado la mano ni hablado de "tú". Lo único que faltaba en su vida era tener una hija a "quien ponerle los doscientos veintiocho broches y los ciento treinta y cinco moños" que había adquirido para tal sueño en dos décadas.

La  armonía en la vida de Ombi se rompe cuando no puede contestar satisfactoriamente las cartas de Jonás, un niño qué pregunta por qué es diferente a su madre. Este conflicto mueve la historia. Es un dibujo lo que lleva a Ombi a descubrir la verdad, y es de un cocodrilo color naranja diferente a los demás y que se ríe de cualquier cosa.

El hecho de que Ombi ayuda a Jonás a descubrir por qué es diferente a su mamá, revoluciona la vida de nuestra protagonista y la del Sr. Conac y le da un final feliz a la historia.

Hay características propias y literarias del libro en las enumeraciones y comparaciones. En dos ocasiones, el narrador explica alguna palabra de manera muy atinada. Revisemos este texto escrito después de una frase clave que le dice el cartero a Ombi: “Lo diferente siempre es emocionante” (…) “Ombi escuchó sus palabras como se escucha un oráculo, o sea, algo importantísimo, algo que puede cambiar nuestras vidas”

Después al mirar profundamente los ojos del Sr. Veerdor, el cartero, Ombi advierte que “eran verdes, como los sueños felices”. Aquí encontramos una comparación sencilla y original. Otra comparación muy bien lograda es cuando Jonás sabe que tiene dos mamás: “una que lo tuvo en la panza y otra que le dio todo su corazón. Y se sintió doblemente feliz, como tener juntos a la luna y al sol”. Es una comparación con fuerza, sencillez y sobre todo con un toque de poesía. Y es así, como casi hasta el final, conocemos el tema de La risa de los cocodrilos y que es el de la adopción.

Como ya había esbozado, al principio: Ombi es un personaje rico, sabemos que le gustaba cocinar, cantar “El sapito Glo, Glo”, la canción de la lombriz briz briz. Sus vestidos tenían a veces lunas, nubes, piñas o plátanos. No siempre se describe su indumentaria con todo detalle en la narración, pero la ilustración de Julián Cicero aporta mucho de este personaje entrañable. Las ilustraciones tiene muchos detalles y colorido con fondos de tonos cafés y regularmente tiene un cielo o una pared blancos par dar equilibrio. Por las imágenes gráficas sabemos que Ombi usa lentes cuando está en casa y la rodean una nubecitas cuando piensa. También, desde que el Sr. Conac aparece, sabemos que está enamorado por los corazoncitos que rodean su ser.

Imagen y texto se funden en un nivel muy poderoso ante la presencia de un “observador” que todo lo escucha y ve, pero es un pájaro a quien nadie presta atención, excepto Ombi, al final de esta historia. Esta a mí me parece una novela corta y no un cuento como muchos dicen.

Las enumeraciones reflejan riqueza de imaginación como la que describe los dibujos que hicieron Jonás y su madre, después de que ella le confesara la verdad: “Vacas voladoras, vacas buceadoras, vacas que manejaban un tractor o que limpiaban el bosque con su cola (…) Vacas lectoras de cuentos de aventuras y vacas soñadoras abrazadas a su mamá”.

Los invito a leer un libro de una gran riqueza en recursos literarios, imaginación y originales ilustraciones. Aquí  los datos:

María Baranda. La Risa de los Cocodrilos. Ediciones El Naranjo, México, 2008. Ilustraciones de Jilián Cicero.

Es un libro que puede ser leído por los padres a los niños; o bien, individualmente, por chicos o adultos.

Y ahora permítanse ser curiosos y echar un ojo a este  texto aquí; disfruten su lenguaje e ilustraciones:

http://issuu.com/elnaranjo/docs/la_risa_de_los_cocodrilos

miércoles, 11 de febrero de 2015

Poema de una mariposa

Allá por el año 2000, CONACULTA y Alas y Raíces publicaron unos libritos de forma cuadrada con poemas de autores mexicanos ilustrados por niños y dedicados a ellos. Utilizaron textos de poetas mexicanos reconocidos que no necesariamente escribieron para niños, pero la selección de textos está muy bien hecha y en esta colección se pueden encontrar poemas que les gustan mucho a los pequeños.

Por ejemplo, está el libro En los cabellos del árbol. Elías Nandino para niños, que tiene muchos poemas que me han servido para trabajar y jugar con chicos y todos juntos hemos vivido divertidas experiencias. Me encanta acercar a los niños a la poesía por medio de juegos y también sensibilizarlos hacia la música.

Les presento el poema de la semana pasada

Una gota de rocío
y dos pétalos de rosa
hacen una mariposa

Elías Nandino




En la clase de preescolar, hablamos de mariposas; les conté el cuento de la oruga glotona; le pusimos movimiento corporal al poema y jugamos a volar unas mariposas de papel, que previamente yo había dibujado, recortado y adornado con algunos pinceladas de acuarela. Mientras jugamos a volar disfrutábamos de la canción "Dibujando bicicletas" del compositor Jesús Martínez Rodríguez, quien, por cierto, está a punto de sacar su segundo CD dedicado a niños. Lo pueden contactar por medio de su página web que se llama www.laverdadera.com

Ah y al final terminamos imaginado que nos habíamos convertido en unas mariposas y volamos al ritmo "Libros pueden volar" que dice..

"Mariposas amarillas
suben alto
y molinos escuderos
van volando

son poemas
cuentos y novelas
con sus alas
de aves de papel"

Las mariposas amarillas hacen alusión al libro "Cien años de soledad" de Gabriel García Márquez y la mención de "molinos" y "escuderos" es más clara. Esta canción es de Papiroplastika. Banda del Club de Dibujeros y Musicantes del Sargento Rascatripas. Es un grupo mexicano que crea música de calidad para niños. Suelen hacer canciones sobre personajes que han contribuido al desarrollo del arte, la ciencia. Estos son los nombres de algunas de sus canciones: "Rock por Thomas Alva Edison", "Van Gogh y la noche estrellada", "Leonardo el genio que quería volar". Pueden contactarlos por facebook si buscan Papiroplastika. Les va a salir como primera opción La Banda DelClub... Son ellos

Hasta la próxima, feliz día

domingo, 25 de enero de 2015

Los botes cantan

Vengo feliz de haber pasado un rato maravilloso escuchando al grupo "Los botes cantan". Ellos hacen sus propios instrumentos con objetos de uso cotidiano. Por ejemplo, tienen una caja de resonancia hecha con una caja de pizza, que ellos aseguran que debe haber contenido una pizza hawaiana. Está también el cornudo, inspirado en el corno francés, que es una manguera naranja de las que usan los electricistas con un embudo azul. La música de estos chavos suena muy bien. Tienen un poco más de diez años haciendo música muy original para niños y como dice Juan Monedita: desde su primer disco tienen una voz propia, además que hacen música de a de veras con instrumentos de a "mentiritas".



Sus canciones son divertidas, a veces tocan temas que los grupos convencionales evitan. Tal es la canción de "La máquina del tiempo", cuya letra habla de un niño que quisiera inventar una para regresar a los tiempos en que sus papás se querían y vivían juntos. Y con una frase de un juego popular retratan la situación de estos pequeños: "Con melón o con sandía / con cuál de los dos me voy. Elegir yo no podría / si sandía o si  melón / si al melón y a la sandía / yo lo quiero de a montón".

"Los botes cantan" están integrados por Rocío Trujillo, Miguel Jaimes y Pedro Sandoval, quien compone la letra y música y todo el grupo hace los arreglos correspondientes.

Cantaron una canción muy bonita de un niño: "Gustavo camina por toda la playa / vendiendo conchitas tocando el caracol /el pelo en el viento, los pies en el agua / lo que más le gusta es tocar el caracol. Esta rola tiene unos arreglos como de música prehispánica y el caracol se oye padrísimo, pero creo que no era un caracol, sino una pelota de golf cortada, creo, voy a preguntarles.

Hay una canción súper divertida que se llama "Mi papá es rocanrolero". Luego tienen una canción con trabalenguas e hicieron un concurso pasamos cuatro niños y tres señoras. Yo les recite la del lororinojirofante de Antonio Granados, al final se las pongo.

"Los botes cantan" ponen a participar a los niños y no solo cantan, además dan "show". Se transforman en marchantes de mercado, chicos hip hop, danzantes aztecas que en lugar de esas semillas conocidas como "huesos de fraile" usan en los pies esas tiras de tela hechas con corcholatas.



Ahí les va el trabalenguas con el que concursé:

“Un lororrinojirofante
de lororrinojirofantasía
lororrinojirofantaseaba
lororrinojirofantasiosamente
que un día
se deslororrinojirofantaseó


Es de Antonio Granados de su libro Poemas de Juguete de la editorial Alfaguara.

Para terminar una gran felicitación a Rocío Trujillo, Miguel Jaimes y Pedro Sandoval por esa propuesta musical tan especial llamada "Los botes cantan". Aprovecho también para reconocer el valioso trabajo de muchos músicos y grupos mexicanos que están haciendo música de calidad para niños como Pepe Frank, Los Monedita de Oro, Papiroplástika, Brenda Cervantes, Bandula, Los Patita de Perro, La hormiga Juana, Cántaro, el maestro Ernesto Anaya, Cecilia Rascón, el escritor y letrista Emilio Lomé, Los hermanos Rincón, Omar Barroso Rincón, Alebrija, Trébol Trío, Mariana Mallol (ella es argentina, pero tiene muchos años viviendo en México), y por supuesto el maestro Jesús Martínez Rodríguez, quien compone música clásica contemporánea y tiene un CD maravilloso que se llama "30 motivos para volar". Pueden encontrar más información de él en www.laverdadera.com 
Seguro me faltan algunos músicos importantes, pero ahora no los recuerdo.