Fotos, arte, poesía y diarios

sábado, 28 de marzo de 2015

La risa de los cocodrilos de María Baranda




Mi primer encuentro con la poesía de María Baranda fue en el 2003, cuando Jim me regaló un libro de esta escritora llamado Dylan y las ballenas, que fue el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes de ese año. La dedicatoria dice: "Para Pilar, la bailarina divina". Me había visto hacer una pequeña presentación de danza contemporánea en el primer aniversario luctuoso de mi amiga Mariana Pría Olavarrieta. Cuando yo vi a Jim, intuí que era un escritor y el sábado siguiente fui con él a Coyoacán. Platicamos de la poetisa cubana Dulce María Loynaz, él la había entrevistado en la última década del siglo XX. Me platicó anécdotas de cuando Federico García Lorca, en 1930, asistía cada tarde a las teturlias literarias de los Loynaz, en La Habana.

Más tarde, me enamoré de la poesía para niños de María Baranda. Fue con su libro Digo de noche un gato de la editorial El Naranjo publicado en México en 2006. Al año siguiente, ella realizó una original antología llamada Hago de voz un cuerpo editada por Fondo de Cultura Económica (FCE, México). En esta pueden disfrutar de poemas de David Huerta, Fabio Morabito, Eduardo Langagne y la misma María Baranda.

María Baranda escribe para adultos y también para niños. En esta última categoría ha ganado premios como el Barco de Vapor (México), menciones de honor en el White Ravens y el Ragazzi Award en Italia y es parte de la lista de honor del International Book on Board for Young People. 

Investigando sobre María Baranda, me encontré su artículo:
"Cuando era niña pensaba que no había libros escritos para mí", que es una brillante reflexión sobre la literatura para niños y la pueden disfrutar en el siguiente link:
http://www.letraslibres.com/autores/maria-baranda

María Baranda es una poetisa de primer orden y a veces escribe prosa. Su libro Marte y las princesas voladores no me causó honda impresión, pero La risa de los cocodrilos me parece una joya. Imagínense una historia que empieza así:

"Ombia Yosuna Liana escribía cartas. Desde hacía muchos años trabajaba en una revista (...) y nadie mejor que ella para para contestar: cómo se hace una ensalada de cangrejos bajo la luz de la luna; qué canciones son las favoritas de las ratas y los tlacuaches; (...) qué traje ponerse si se recibe un premio por haber hecho el mejor pastel de piña (...)"

Un comienzo así, promete mucho. Aquí hay imaginación, poesía y un personaje que nos dan ganas de conocer.

Esta protagonista, a quien le llamaban Ombi, tenía una vida entretenida con su trabajo, sus idas al parque y sus salidas al cine con el Sr. Conac, a quien en veinte años nunca le había dado la mano ni hablado de "tú". Lo único que faltaba en su vida era tener una hija a "quien ponerle los doscientos veintiocho broches y los ciento treinta y cinco moños" que había adquirido para tal sueño en dos décadas.

La  armonía en la vida de Ombi se rompe cuando no puede contestar satisfactoriamente las cartas de Jonás, un niño qué pregunta por qué es diferente a su madre. Este conflicto mueve la historia. Es un dibujo lo que lleva a Ombi a descubrir la verdad, y es de un cocodrilo color naranja diferente a los demás y que se ríe de cualquier cosa.

El hecho de que Ombi ayuda a Jonás a descubrir por qué es diferente a su mamá, revoluciona la vida de nuestra protagonista y la del Sr. Conac y le da un final feliz a la historia.

Hay características propias y literarias del libro en las enumeraciones y comparaciones. En dos ocasiones, el narrador explica alguna palabra de manera muy atinada. Revisemos este texto escrito después de una frase clave que le dice el cartero a Ombi: “Lo diferente siempre es emocionante” (…) “Ombi escuchó sus palabras como se escucha un oráculo, o sea, algo importantísimo, algo que puede cambiar nuestras vidas”

Después al mirar profundamente los ojos del Sr. Veerdor, el cartero, Ombi advierte que “eran verdes, como los sueños felices”. Aquí encontramos una comparación sencilla y original. Otra comparación muy bien lograda es cuando Jonás sabe que tiene dos mamás: “una que lo tuvo en la panza y otra que le dio todo su corazón. Y se sintió doblemente feliz, como tener juntos a la luna y al sol”. Es una comparación con fuerza, sencillez y sobre todo con un toque de poesía. Y es así, como casi hasta el final, conocemos el tema de La risa de los cocodrilos y que es el de la adopción.

Como ya había esbozado, al principio: Ombi es un personaje rico, sabemos que le gustaba cocinar, cantar “El sapito Glo, Glo”, la canción de la lombriz briz briz. Sus vestidos tenían a veces lunas, nubes, piñas o plátanos. No siempre se describe su indumentaria con todo detalle en la narración, pero la ilustración de Julián Cicero aporta mucho de este personaje entrañable. Las ilustraciones tiene muchos detalles y colorido con fondos de tonos cafés y regularmente tiene un cielo o una pared blancos par dar equilibrio. Por las imágenes gráficas sabemos que Ombi usa lentes cuando está en casa y la rodean una nubecitas cuando piensa. También, desde que el Sr. Conac aparece, sabemos que está enamorado por los corazoncitos que rodean su ser.

Imagen y texto se funden en un nivel muy poderoso ante la presencia de un “observador” que todo lo escucha y ve, pero es un pájaro a quien nadie presta atención, excepto Ombi, al final de esta historia. Esta a mí me parece una novela corta y no un cuento como muchos dicen.

Las enumeraciones reflejan riqueza de imaginación como la que describe los dibujos que hicieron Jonás y su madre, después de que ella le confesara la verdad: “Vacas voladoras, vacas buceadoras, vacas que manejaban un tractor o que limpiaban el bosque con su cola (…) Vacas lectoras de cuentos de aventuras y vacas soñadoras abrazadas a su mamá”.

Los invito a leer un libro de una gran riqueza en recursos literarios, imaginación y originales ilustraciones. Aquí  los datos:

María Baranda. La Risa de los Cocodrilos. Ediciones El Naranjo, México, 2008. Ilustraciones de Jilián Cicero.

Es un libro que puede ser leído por los padres a los niños; o bien, individualmente, por chicos o adultos.

Y ahora permítanse ser curiosos y echar un ojo a este  texto aquí; disfruten su lenguaje e ilustraciones:

http://issuu.com/elnaranjo/docs/la_risa_de_los_cocodrilos