Estoy escribiendo una obra teatral por encargo para promover la convivencia sana en escuelas de preescolar. La obra se llama "Juanito y los marcianos" y cuido en no caer en un discurso moralizante.
La agresividad es un instinto nato del ser humano. ¿Cómo aprender a gestionarlo? ¿Cómo impedir que no se convierte en violencia? ¿Que hacer con niños que vienen de familias donde existe la violencia hacia ellos o a uno de sus progenitores?
En fin todas esas preguntas vienen a mi mente y pienso en algunos de los pasos más sencillos para trabajar con nuestras emociones y la de los niños.
1. ¿Qué estoy sintiendo? detectar si es una emoción primaria (alegría, ira, tristeza, miedo) o esta emoción se ha convertido en un sentimiento y es algo que ya pasó por nuestro razonamiento y dura más que una emoción primaria, por ejemplo amor, nostalgia, culpa. Es importante que los niños reconozcan primero las emociones y también los sentimientos. Hay un libro que les recomiendo que es "El emocionario" de Cristina Núñez. V&R Editoras. Si queremos que el niño reconozca que es lo que está sintiendo debemos apoyarlo a adquirir un vocabulario. No es lo mismo decir: "Me siento frustrado" a "te odio".
2. Expresar nuestro sentimiento con palabras: "Me siento emocionada". Me siento furiosa".
También expresarlo dibujando, con una hoja rayar una emoción profunda como el miedo o la ira o dibujar la tristeza y la alegría.
Aprender a expresarlo con el cuerpo (sin dañar a otros o a uno mismo). Podemos bailar la danza del "apache enojado", dar golpes y patadas de karateca con cuidado de no pegarle a nadie, bailar el jarabe tapatío con mucho zapateo, movernos como orangutanes sin dañar a otros y hacer su voz. También ayuda pegarle a un cojín haciendo ruidos como de monstruo.
3. ¿Cómo arreglo esto? buscar soluciones, alternativas, aceptar la situación. Poder decir: "cuando haces esto... yo me siento ..."
4. Volver a detectar nuestras emociones. Después de todo esto, cómo me siento. ¿Estoy más tranquilo?
Sé que se dice muy fácil y es un proceso que hay que probarlo con nosotros primero; y luego tratar de que los niños puedan llevarlo a cabo guiados y después que se vuelva una conducta ya asimilada.
Comencé diciendo que "Juanito y los marcianos" no debía convertirse en una clase de manejo de emociones, es una obra de teatro. Aunque los pasos también debemos compartirlos con los papás.
Les dejo una foto de un marciano de mi nueva obra teatral.
Fotos, arte, poesía y diarios
domingo, 3 de febrero de 2019
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