Fotos, arte, poesía y diarios

martes, 21 de abril de 2020

Nuestro hogar y María Baranda.



Siempre que recito el poema “Mi casa”, les digo a los niños: “cierren los ojos e imaginen esta casa de María Baranda:

Tengo una casa grande.
Arriba, su techo
es de palomas,
          abajo,
su piso es un jardín
de insectos,
        adentro, la lluvia
siempre asoma,
        afuera,
el mar, las nubes
y una inmensa cama
para mirar tumbados
las estrellas del cielo.

Mi casa es infinita
está llena de tiempo
pero de un tiempo mío
porque yo
todos los días
la invento.
María Baranda

Una vez que compartido el poema. Pregunto de qué lugares de la casa habla el poema… Arriba, abajo, adentro,  afuera y qué hay ahí. Ahora: “dibujen su casa, una casa poética como la de María Baranda. Una casa para poder estar ahí en la imaginación con paz y alegría”.
Por cierto a los niños podemos mostrarles cómo están acomodadas las palabras y hacer preguntas porque los versos de una sola palabra empiezan “más adentro” de donde inician los otros versos y qué palabras son, que tienen en común, que creen quiso expresar la poeta con eso. “Que tiene de especial lo que hay en cada lugar” y que ellos interpreten. Los niños más grandes pueden intentar escribir un poema con la casa que imaginaron y al estilo de María Baranda, con los chicos más pequeños podemos hacer un poema todos juntos como el que justo mencioné antes.
Conviene también tener en casa un espacio propio, por pequeño que sea, para acudir ahí cuando necesitemos conectarnos con nuestro ser interior o para dibujar, leer, meditar. Los niños también merecen su espacio. Ayer cree un espacio así para grabar un video con este tema. Se los muestro:



Digo de noche un gato. María Baranda. Ediciones El Naranjo. 2006. México.

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