Estamos estrenando año.
Desde que era niña, estrenar algo significaba un motivo de júbilo. Así fueran unos zapatos, un cuaderno, un libro, un juguete. Es algo que vas conociendo poco a poco y te llena de sensaciones y experiencias nuevas. Así me siento con el 2012.
Un año nuevo es una oportunidad de caminar hacia un nuevo destino. Sí, se puede ir maniobrando hacia donde queremos ir y claro conviene disfrutar el viaje.
Pasa el tiempo y cada vez tengo más habilidades para ser feliz y sentirme animada para ir tras mis sueños. No siempre fue así, por muchos años de mi vida caminé, bailé, trabajé, comí, dormí muy bien acompañada por depresiones profundas y constantes. Y ahora le he tomado sabor a la vida y claro que no le he logrado sola. Me nutren el cariño de mis seres queridos y los proyectos creativos que invento con otras personas y por supuesto el arte de una ciudad que tiene propuestas culturales para todos los gustos y a la altura de cualquier país en el mundo. Muchas de esas presentaciones artísticas son gratuitas o tienen costos accesibles y descuentos para estudiantes, maestros y personas de la tercera edad. Me siento orgullosa del arte que se hace en México. Ah, también me nutre el sonido. Eso es todo un mundo que descubrí en 2011, pronto les cuento.
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