Fotos, arte, poesía y diarios
domingo, 8 de agosto de 2010
Paseando por la calle
Caminando por las calles de siempre te puedes encontrar con muchas sorpresas algunas agradables y otras muy tristes.
Ayer me encontré una divertida ya la verán en otra entrada.
Pero el viernes fue una muy triste. Resulta que Shaka y yo siempre paseábamos por una casa con una banqueta donde había tres árboles ficus gigantes. La verdad es que siempre nos sentíamos como en la selva. Un día vi que habían podado drásticamente al más bello de los tres árboles. Pero eso no fue lo peor, sino que al siguiente día lo habían talado. Sufrí una conmoción. No podía creerlo. Tenía ganas de llorar.
Ahora otro de estos árboles está drásticamente podado y temo sufra la misma suerte.
Les voy a poner unas fotos del Ficus que sigue intacto, pero este aunque es muy bello, no lo era tanto como el otro arbol hecho pedazos
Y ya entrados en el chisme, les cuento. Que un día unos vecinos llegaron a vivir a una casa. Lo primero que hicieron fue podar el árbol que había a un lado de su puerta. Luego le quitaron la corteza y lo dejaron ahi como adorno. La verdad es que en esa casa siempre quise dejar un recado diciendo: "¿Por qué tratan así a este árbolito? Sencillamente lo mataron, alguna vez creí que querían hacer una escultura, como la que hay en Paseo de la Reforma, con el tronco de un árbol que ya había muerto; o que querían ponerle una planta trepadora con lindas flores. Lo cual de ninguna manera justifica su crueldad.
Sé que algunos árboles con grandes raíces pueden levantar el pavimento de una banqueta y quizá hasta afectar los cimientos de una casa, pero este no era el caso. Como quizá sí lo fue el del Ficus del que hablé al principio.
Esta casa se ve muy triste con un árbol muerto como adorno. Desconozco cuál fue la finalidad de hacerlo morir y luego además dejarlo como de recuerdo. No se vale.
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