El otro día descubrí unos hongos blancos en el tronco musgoso y húmedo de un árbol en Coyoacán. Eran unos pequeños hongos con "capuchón" que hoy me entero que el sombrero de los hongos se llama píleo. Les tomé unas fotos con el celular pero no salieron bien. Entonces me dediqué a observarlos maravillada, me parecían dignos de un bosque encantado. Doce días después regresé con mi cámara, pero los regalos de la naturaleza no duran para siempre y los hongos no estaban ahí esperándome. Fue bastante triste no encontrarlos.
Cerca de casa en otro tronco descubrí otro tipo de hongos parece que forman un encaje. A estos sí les pude tomar fotos.
Ese día en Coyoacán, vagué por la Plaza de Santa Catarina y la Casa de Cultura Jesús Reyes Heroles (Francisco Sosa Núm. 202). Siempre me encanta ver los grandes árboles y me agradó mucho observar y oír a un grupo de adultos de todas las edades ensayar una obra de teatro y les tomé una foto. Creo que el teatro transmite gran energía a quien lo hace, a quien lo ve, lo ensaya o lo espía.
Por cierto, me sorprende mucho descubrir algo en lo que nunca me había fijado y que es parte de un lugar en el que he caminado muchas veces. Por eso le tomé fotos a esta puerta de la calle Francisco Sosa.
geniales fotos, Pilar...
ResponderEliminarBesos
Manuel